Unción de los enfermos

Un tiempo de enfermedad puede ser una oportunidad para que los católicos recuerden la presencia de Dios y celebren la sanación de Dios en sus vidas. Este sacramento nos recuerda nuestra necesidad de sanación espiritual y física.

"Por la sagrada unción de los enfermos y la oración de los sacerdotes, toda la Iglesia encomienda a los enfermos al Señor que sufre y es glorificado, para que los resucite y los salve. Y de hecho, la Iglesia los exhorta a contribuir al bien del Pueblo de Dios uniéndose libremente a la Pasión y muerte de Cristo ".

~ Catecismo de la Iglesia Católica, 1499

La unción de los enfermos consiste en oraciones, la imposición de manos de un sacerdote y la unción con el óleo santo de los enfermos. El rito puede incluir la confesión privada y la sagrada Comunión se le puede dar a la persona enferma si puede recibirla.

Según el Catecismo de la Iglesia Católica, "sólo los sacerdotes (obispos y presbíteros) son ministros de la Unción de los Enfermos" (CCC 1516).

Pueden recibir el sacramento de la unción los bautizados de los fieles cristianos que hayan alcanzado la edad de la razón y que estén en peligro por enfermedad o vejez. Un no católico puede recibir la unción de los enfermos, en circunstancias especiales. Leer más en Simply Catholic sobre las circunstancias bajo las cuales una persona puede recibir este sacramento.

El sacramento está destinado no solo a los que se encuentran en los últimos momentos de su vida, sino también a los enfermos graves y a los ancianos u otras personas en peligro de muerte. Se debe buscar la unción antes de que la salud de la persona empeore. A través de la santa unción de aceites benditos, el poder del Espíritu Santo está destinado a llevar a la persona enferma a la curación del alma, pero también del cuerpo, si es la voluntad de Dios.

Sí. Si alguien recibe el sacramento y su condición empeora, puede recibirla nuevamente. Además, si alguien recibe lla unción y mejora, pero luego se enferma gravemente, puede recibirla nuevamente.

Los últimos ritos incluyen tres sacramentos: la confesión, la unción de los enfermos y la sagrada Comunión, que una persona recibe cuando se acerca a la muerte. La unción de los enfermos es el sacramento que se ofrece a las personas que luchan contra la enfermedad, pero no necesariamente cerca de la muerte, siempre que la enfermedad sea grave. La unción de los enfermos se centra en la curación y la restauración de la salud.

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